sábado, 2 de julio de 2011

EMERGE LA COSMOVISIÓN DE AMÉRICA ORIGINARIA




Síntesis de la experiencia vivida en una escuela de Neuquén (capital) con un proyecto de Educación Multicultural y gran consenso de alumnos y docentes

Invitados para visitar la Escuela de Educación Media “Padre Fito”, en la ciudad de Neuquén, donde celebraban la llegada del Huechripantu -Nueva salida del Sol (Año Nuevo mapuce, para entendernos mejor); fuimos recibidos por Nancy Antilef, del Equipo de Educación Intercultural.

Nos explicó que esa escuela trabaja en el proyecto desde hace ya algunos años y que, ese día, la participación no es obligatoria, no se pone falta a los ausentes, alumnos o docentes. Vale la pena hacer notar que, de acuerdo a los números que nos dieron, eran muy escasas esas ausencias.

EL DESARROLLO DE LA JORNADA

Muy temprano, alumnos y docentes se reunieron en una plaza cercana a la escuela, a esperar el comienzo del día. Con las primeras luces hicieron el “Saludo al Sol”, ceremonia ancestral del pueblo mapuce para fechas como esta.

Luego, ya en el colegio, trabajaron en comisiones, tratando de evaluar tanto los aspectos positivos que se van logrando cada año, como aquellos que se deberían corregir. Los grupos responden a los colores de la bandera que identifica al pueblo mapuce (negro, rojo, verde, azul y amarillo)

Llegó, entonces, rl plenario, en el que los grupos debieron exponer el producto de los debates realizados en cada comisión.

Cada color pasó al centro de un gran círculo humano, formado por alumnos, personal docente y no docente de la escuela e invitados.

El circulo es el modo mas justo del intercambio, ya que todos sus integrantes están a una misma distancia del centro, pueden escuchar o hablar en iguales condiciones, explicó Pedro Kariman, profesor de Historia.

En el centro de ese circulo se había colocado el inmenso dibujo de un cultrúm.

Cada grupo resaltaba lo que había encontrado de positivo en esos días y enunciaba, si las tenía, sus críticas. Luego dejaban ese mismo mensaje, ahora escrito; en torno a ese cultrúm.

ENTERAR A LA POBLACIÓN

Es necesario que todo esto sea conocido por la población, nos dijo muy convencida Nancy Antilef. Que hemos pasado por la noche más larga del año, por el día más pequeño, que vivimos el solsticio de invierno, que la savia vuelve a circular en las plantas, que es época de siembra, que se aparea la fauna.

Comienza un nuevo ciclo vital. Lo que sería para nosotros un nuevo año. El año nuevo del hemisferio Sur.

REFLEXIÓN DE UN VISITANTE

Uno no recuerda, entonces, haber escuchado estas cosas en su paso por las distintas etapas de la educación y entiende que estos son aspectos esenciales del más mínimo aprendizaje: Saber que el 21 de junio se produce, en el hemisferio Sur, el solsticio de invierno. Que allí comienza un nuevo ciclo vital. Que, en realidad, aunque nunca nadie nos lo haya dicho, lo que festejamos cada primero de enero, es algo así como el año nuevo del hemisferio Norte y que este “error” no es otra cosa que una muestra más de nuestro grado de profunda dependencia cultural, a manos del “conquistador”.

ARBOLITOS DE NAVIDAD

Dentro de la escuela nos recibió el profesor de música que está compartiendo un mate con las ñañas María Kayul y María Luisa Cifuentes. Estas, a su turno, participaron a los chicos de sus conocimientos. Una de ellas habló de respeto hacia la naturaleza, de pertenencia, de armonía con la madre tierra, la otra nos contó de sus comidas, que deben ser bien nutritivas y condimentadas porque es tiempo de mucho frío. Entonces se nos vienen a la memoria los nevados arbolitos de Navidad, nuestras comidas de abundantes calorías, nuestras bebidas y postres, todo tan ajeno a ese diciembre/enero que nos ha impuesto el Norte y tan naturales en estos fríos días de junio.

Pero todo esto no sucedió con exclusividad en aquella escuela, todos los pueblos originarios del Sur, festejan el huechripantú. En nuestra Pampa hay festejos, en diversos rincones de la provincia. No tgodos nos enteramos porque esos días transcurren discretos, en lugares muy propios de los participantes y sus más intimas amistades.

OTRA MIRADA AL PUYEHUE

El grupo de docentes nos hizo conocer el fruto de su debate por boca de una profesora mapuce. Nos recordó que alguno de los grupos de alumnos sugirió hacer esa jornada cuando realmente sucede el Huechripantu. Entonces ella nos dice que ese día se pasa en familia y que, por eso, se debe hacer un día antes o un día después. La docente viajó para estar con los suyos. Le contó a su abuelita que en la ciudad, la gente está muy asustada por la actividad de volcán Puyehue. Porque no sabe como continúa esa actividad, ni cuanto tiempo va a seguir arrojando ceniza. A lo que la abuela le respondió que le comunicara a sus hermanos de la ciudad que no se asusten, que no tengan miedo, que dejen que la tierra respire tranquila.

FINALMENTE: HERMANOS EN EL CANTO

El profesor de música invitó, entonces, a todos, a unirnos en el canto. Nos pidió integrarnos al círculo que rodea al gran dibujo del cultrúm. Todos iguales, hermanos en la música. Se repartieron fotocopias de una canción que eligieron entre todos, como cierre de actividad. Es “Par Mil”, de Divididos y tiene mucho que ver con la actividad de ese día.

PALÍN (CHUECA)

Ya casi tres de la tarde y con muchas ganas de continuar, los chicos ponen fin a la jornada con una jugada de Palín (Chueca, para nosotros) en el patio de la escuela.

Adentro, otros chicos y algunos docentes, seguían cantando la canción elegida:

Luz, luz, luz del alma

soy un hombre que espera el alba.

Guillermo Herzel