viernes, 19 de noviembre de 2010

Fin de Semana "Clásico" XV - Julio Cortázar - Las armas secretas



El libro de relatos más famoso de Cortázar contiene algunas obras maestras del género. Quizá la mejor es El perseguidor, casi una novela breve, que aunque no contiene los elementos fantásticos que Cortázar maneja con tanta habilidad, traza a la perfección el retrato de un artista del jazz, rey y al mismo tiempo prisionero de su concepción intuitiva de la vida, basándose en la figura del más mítico saxofonista del movimiento be bop, Charlie Parker (aquí, Johnny Carter). El narrador-protagonista, un culto y racionalista crítico de jazz, pertenece al tipo de ambientes y personajes que tan cargantes resultan en Rayuela y que aquí en cambio, sirven de contrapunto a la figura todoignorante y todopoderosa del músico, auténtico bohemio preso de la droga, la enfermedad y la vida desordenada. La reflexión, las referencias culturales, además de ser mucho más mesuradas que en Rayuela, están al servicio del juego de caracterización de los personajes y no intentan tener valor por sí mismas. El volúmen contiene además dos típicas historias de posesión cortazariana (que no es ni diabólica ni psicológica ni simbólica ni metafísica sino casi puramente verbal). Una, Cartas de mamá, relata el contagio que sufre un joven matrimonio de argentinos en París del extra o olvido que sufre la madre del hombre sobre el hecho de que su hermano no hace mucho que ha fallecido. Sus cartas desde Argentina les hablan de ese otro hijo como si estuviera vivo y al final, incluso les dice que va a ir a visitarlos. Ellos, preocupados al principio por el estado mental de la mujer, acaban acudiendo a la estación del tren donde les ha dicho que el hermano va a venir. Incluso, en las últimas frases del relato y a pesar de que los dos han comprobado que el hermano no ha llegado, parecen olvidar también el hecho de que ha muerto y hacen comentarios de él como si estuviera vivo. El otro relato de este estilo es Las armas secretas, donde la capacidad literaria de Cortázar funciona al máximo para expresar con breves y gráficas referencias como el novio de una muchacha francesa, violada durante la guerra por un soldado alemán, se ve invadido por la personalidad del violador y se dispone a repetir el hecho. De corte fantástico es también Las babas del diablo, el famoso punto de partida de la película de Antonioni Blow up. Un fotógrafo, mientras vagabundea por París disparando su cámara, realiza casualmente la fotografía del momento en que una mujer se dispone a abordar a un muchacho, molestando a la mujer e interrumpiendo la escena. Más tarde, en su estudio, la fotografia toma vida y muestra como en una película lo que él ha interrumpido: la mujer se disponía a actuar como alcahueta de un hombre que permanecía oculto en un coche aparcado al lado, que era el que quería disfrutar de la compa ía del muchacho. Menos lucido es Los buenos servicios, que narra los extra os trabajos para los que es contratada una ya anciana chacha de París por una familia de ricachos: primero, hacer de canguro para su tropel de perritos mimados mientras los señores dan una fiesta; y más tarde, hacerse pasar por la madre del muerto en el entierro de un dise ador cuyo decoro quieren preservar al máximo por interés.

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